Agile Coach vs Scrum Master

  • April 13, 2020

“La cultura ágil crea equipos motivados de alto rendimiento que trabajan con el objetivo de generar valor para las personas, desarrollando productos de forma iterativa y de alta calidad en cortos periodos de tiempo”

Johana Chuquino

Indagando sobre la fluctuación del nivel de motivación de los equipos, orientados a generación de valor, nos encontramos con dos figuras importantes que intervienen en dicha motivación, el Scrum Master y Agile Coach.

Profundizando sobre estos roles puede observarse que, en algunas organizaciones, se considera sólo el rol de difundir la cultura ágil al perfil del Agile Coach, omitiendo el hecho de que el Scrum Master tiene también el trabajo de extender el entendimiento de la agilidad tanto en los equipos como en las organizaciones. 

Ahora bien, ¿cómo podremos diferenciar un rol del otro?

En las metodologías ágiles, los roles tienen un papel fundamental para el funcionamiento de la misma y la transformación ágil de una compañía, complementando a pesar de sus diferencias, como sucede entre un Agile Coach y un Scrum Master. 

En el alcance de las mismas, hay zonas grises en las que cierto solapamiento existe, y puede considerarse que ese solapamiento es bueno, la cual nos permite cubrir el 100% de la organización.

En términos generales, el Scrum Master lidera los equipos en la gestión ágil, siendo parte de los mismos, con la responsabilidad de mantener los valores y pilares de la metodología, así de esta manera alcanzar los objetivos superando cualquier obstáculo. Por el contrario, el Agile Coach es un experto en agilidad con una visión global, esto le permite promover cambios, responsabilidad y autonomía en los proyectos como también, la transformación de varios equipos o empresas.

Entrando a más a detalle, el Scrum Master es quien vela por la implementación de los valores y productos en su marco de trabajo, es decir, en las reuniones (que en Scrum se llaman ceremonias) y en otras tareas como incremento de producto, product backlog y sprint backlog. Por ejemplo, es quien facilita la sesión de planificación al inicio de cada sprint, donde hará fluir el diálogo para que el Product Owner y el equipo de desarrollo puedan definir el objetivo del sprint a través de la selección de los elementos del product backlog que más valor aportan a los clientes. Además, acompaña al equipo en su camino de crecimiento a través de la facilitación de sesiones de retrospectiva, la cual permite encontrar cosas que no están funcionando, y generar acciones para la mejora continua. El rol de Scrum Master requiere de amplias habilidades sociales, debido a que su foco está puesto en las personas del equipo y sus relaciones, por lo tanto, es habitual que tengan conocimientos y experiencia en coaching y/o psicología. Pueden tener perfiles con conocimientos técnicos. También difunden las metodologías ágiles dentro de la organización.

Sin embargo, el Agile Coach surge para llevar el cambio hacia nuevas formas de trabajo a toda la organización, de forma que los equipos Scrum no padezcan los obstáculos de una organización que funciona de manera tradicional y con cultura agile, que a simple vista parecen incompatibles. Este rol tiene amplia experiencia en muchos marcos de trabajo como Scrum, Kanban, Design Thinking, Lean Startup y Visual Management. El Agile Coach tiene la labor de velar por el encaje de los equipos Scrum en una organización, por lo que es quien detecta fricciones en la entrega de valor, distinto de un Scrum Master que se centra más en los equipos. Estas fricciones son puntos a trabajar, por ser el encuentro entra ambas culturas. En este sentido, el Agile Coach debe desarrollar habilidades profundizando en la gestión emocional intrapersonal, interpersonal y grupal. Generalmente, un Agile Coach ha ejercido de Scrum MasterProduct Owner y/o equipo de desarrollo, de tal forma que cuenta con experiencias que le permite generar empatía en momentos de conflicto y tener habilidades de coaching. 

“Los buenos equipos acaban por ser grandes equipos cuando sus integrantes confían los unos con los otros lo suficiente para renunciar al “yo” por el “nosotros”

Phil Jackson